Rosh Hashana celebra a Hashem, Dios Todopoderoso, como Rey del universo, y gran parte de la liturgia judía se centra en exaltar Su majestad divina que a algunos puede parecer distante y poderosa, al tiempo que nos recuerda que nuestra conexión con la divinidad es profunda a través de un aspecto especial conocido como “Shejiná”.

Para comprender mejor la Shejiná, puede ser útil recordar la oración de Hannah: una mujer estéril e impenetrable que anhela tener hijos, pero no puede concebirlos. Hannah entra en el Templo rogando por un hijo. Al principio, Elí, su sumo sacerdote, malinterpreta sus plegarias como un intento de embriagarse, pues entiende que adorar a Hashem significa entregarse por completo sin pedirle nada. Pero Hannah le corrige con suavidad y precisión explicándole que está derramando su alma ante Él en plegarias desde lo más profundo de su ser que anhelan una conexión espiritual[1].

La perspectiva de Hannah es profundamente instructiva: muestra que rezar no debe verse simplemente como un acto de sumisión, sino como el reconocimiento de que somos “hijos de Hashem”. Hashem, a través de la Shejiná, conoce todas nuestras necesidades, tanto físicas como espirituales; Hannah demuestra que no es necesario sacrificarse a uno mismo o a sus necesidades para sentirse cerca de Él.

Elí, muy inspirado por la sabiduría y la actitud de oración de Hannah, rezó para que Hashem le concediera la paz, y así fue: Hannah dio a luz a Samuel, que se convirtió en uno de los grandes profetas de Israel[2].

Reflexión para los noájidas

La historia de Hannah proporciona a los noájidas profundas ideas sobre cómo deben relacionarse con Hashem. Ella muestra que Hashem posee aspectos compasivos que comprenden nuestras necesidades y sufrimientos más profundos, además de ser el Rey de universo. Con Hannah como modelo, no temamos acercarnos a Hashem con nuestras necesidades personales, sabiendo que la Shejiná.

En Rosh Hashana, mientras celebramos a Hashem como Rey, recordemos también abrirnos a Su amor compasivo en nuestra vida cotidiana.

Que este nuevo año traiga consigo no sólo reconocimiento sino también una relación más profunda e íntima con Hashem.

 

Shana Tova,

29 de Elul 5783


[1] 1 Samuel 1:9-16.

[2] 1 Samuel 1:17-19.