La parasha de esta semana contiene el último canto de sabiduría y advertencia de Moshe, un texto muy apropiado ahora que nos acercamos a Yom Kippur. Moshe nos dice: “Recuerda los días de antaño, comprended los años de generación y generación”[1], lo cual no sólo invoca la reflexión sobre la herencia judía y las tradiciones bendecidas por Hashem, sino que también construye fuertes conexiones entre generaciones de judíos a través del tiempo.

Moshe no sólo habla de la gloria de la elección divina, también nos advierte de sus consecuencias si no cumplimos con nuestras responsabilidades como pueblo. Moshe habla directamente del castigo divino, pero, al mismo tiempo, ofrece la esperanza de que puede haber bendición en la vida después de la muerte. Además, sobre la característica en nuestra esencia indestructible como pueblo. En Su infinita sabiduría, Hashem nos ha bendecido con un pacto eterno que asegura nuestra continuidad.

El escritor judío Isaac Asimov aborda un escenario interesante al hablar de hechos interesantes del universo: ¿Qué ocurriría si una fuerza irresistible se encontrara con un objeto inamovible?”. Llega a la conclusión de que en un universo así, ambos no pueden existir por definición. Del mismo modo, nuestra emunah descansa en la promesa hecha por Hashem a Su pueblo de que cualquier intento de destrucción contra nosotros se quedará corto ¡Cualquier ataque lanzado contra nosotros simplemente se quedaría sin fuerza!


[1] Deuteronomio 32:7.