Al adentrarnos en la historia de la serpiente en Bereshit, nos encontramos con un concepto profundo y de múltiples capas que habla de todos los aspectos de la existencia humana. No se trata simplemente de una antigua historia sobre la degradación de la humanidad, sino que representa lo que los sabios judíos denominan Yetzer HaRa (Inclinación al Mal).

Psicología del engaño

La serpiente se quería casar con Eva[1], pero primero tuvo que persuadirla con palabras. Podríamos entender esta historia como una analogía de la “disonancia cognitiva”, en la que surge tensión mental al conciliar creencias o acciones dispares. Algo similar a los experimentos de Pavlov en los que el condicionamiento ayudaba a convencer a alguien de percepciones falsas sobre su entorno.

Cuando a Eva se le ofreció comer del árbol del Edén, la serpiente empleó su astuta estrategia: exagerar lo que Hashem ha prohibido[2], algo que también vemos hoy en día a través de ideas erróneas sobre las enseñanzas de la Tora. Es como cuando la gente dice que “en shabat no se puede hacer nada” o que “toda comida rica está prohibida”. Simplemente es falso. O sea, la interacción entre Eva y la serpiente nos muestra el intento del Yetzer HaRa de pervertir el mensaje auténtico de la Tora y causar que vivir para Hashem sea menos atractivo.

Aplicación a la vida noájida

Los noájidas como individuos que se esfuerzan por alcanzar la verdad y la ética, no son ajenos a las voces internas que les instan a desviarse del camino elegido por Hashem. Aunque la Tora puede proporcionar un marco sólido para comprender la verdad y la moralidad, la presencia del Yetzer HaRa siempre intenta convencer al ser humano de lo contrario y presentar una realidad diferente.

Si consideramos por qué Hashem diseñó la vida de esta manera, la respuesta se encuentra en el deseo humano de excelencia. Hashem no quería que siguiéramos siendo individuos pasivos en el Edén que se limitan a consumir lo que Él les ofrece. En filosofía, este concepto puede encontrarse en la definición de autotrascendencia de Viktor Frankl, que sugiere que la búsqueda de sentido debería ser nuestro impulso más elevado[3].

Transformando la realidad

Cuando seleccionamos fuentes de consejo u orientación para nuestras vidas, la fuente puede tener un impacto increíble. Pero cuando el consejo o la orientación vienen en forma de “serpientes”, pueden llevarnos por caminos imprudentes. Al enfrentarse a estos retos, tanto judíos como no judíos tenemos la oportunidad de transformar la realidad física en una elevación espiritual continua. A través de dominar el Yetzer HaRa no sólo protegemos nuestra propia naturaleza divina, sino que también ayudamos a elevar a la humanidad a planos más trascendentes, ofreciéndole una esperanza eterna.


[1] Sota 9b.

[2] Bereshit Raba 19.

[3] El hombre en busca de sentido, capítulo 3.