Algo interesante de la estructura textual de la bendición sacerdotal es su progresión numérica. Esta bendición está compuesta por 3 versículos en donde cada uno aumenta en longitud con respecto al anterior1. La primera bendición tiene 3 palabras, la segunda tiene 5 y la última tiene 7 palabras2. Nada es casualidad en la Tora, esta secuencia insinúa que existe un impacto in crescendo de cada bendición a medida que son pronunciadas por los sacerdotes.

El primer versículo3 contiene la bendición compuesta por las 3 palabras:

יְבָרֶכְךָ ד’ וְיִשְׁמְרֶךָ

Aunque éstas 3 palabras contienen una idea muy amplia, podríamos resumir que esta primera bendición se centra en los aspectos materiales de la vida4. Aquí Hashem promete bendecir con prosperidad y protección, como por ejemplo protección contra robos, ataques y otros peligros que puedan atentar contra la integridad física5. Es decir, este versículo atiende a las necesidades materiales que tiene el ser humano ante amenazas y adversidades.

El segundo versículo6 dice la bendición:

יָאֵר ד’ פָּנָיו אֵלֶיךָ וִיחֻנֶּךָּ

Este versículo describe iluminación, o sea, pasa del plano físico al plano inmaterial. Aquí Hashem bendice con que el ser humano abra los ojos para que comprendamos la profundidad de Su enseñanza en la Tora7. Es decir, esta bendición va más allá de lo material, pues busca que las personas encontremos la sabiduría y el entendimiento necesarios para vivir una vida plena; no sólo que existamos para una supervivencia física, sino que vivamos por objetivos más trascendentes.

El tercer y último versículo de la bendición sacerdotal8, ahora con 7 palabras, dice:

יִשָּׂא ד’ פָּנָיו אֵלֶיךָ וְיָשֵׂם לְךָ שָׁלוֹם

Esta bendición habla de paz y perfección9. Esta paz no se refiere simplemente a que haya una ausencia de conflicto, sino que esta bendición le apunta a una paz eterna y libre de castigo. En otras palabras, este versículo representa el objetivo final de una vida en la armonía eterna, un acercamiento a la perfección del Mundo Venidero10.

Nuestros sabios explican que la progresión de los versículos en la bendición sacerdotal denota que el ser humano comienza con la importancia de la prosperidad material, para eventualmente avanzar progresivamente hasta llegar a la prosperidad y crecimiento espiritual eterno. Es decir, se comienza dándole seguridad física al recipiente para así poder introducirle contenidos que terminan siendo trascendentes11.

Este concepto de que la seguridad física es la base para poder tener el éxito en otros ámbitos más elevados, quizás es algo que podemos ver manifestado en la situación actual aquí en Israel: El pequeño Estado Judío debemos ocuparnos de tener seguridad en nuestro amenazado país para así poder seguir avanzando y prosperando en todos los demás aspectos. O sea, la seguridad física que Hashem nos permite tener a través de un valiente ejército es lo que eventualmente nos permitirá ser una luz a las naciones12.

Y sobre iluminar a las naciones, de hecho nuestros sabios también explicaron que existe un carácter universal en la bendición sacerdotal. Esto se refleja en el versículo culminante de esta bendición milenaria, en donde se enfatiza la idea de que el entendimiento espiritual de la Tora nos permite a Israel servir como modelo de perfección para otras naciones.

Técnicamente, vemos que los versículos de la bendición sacerdotal avanzan de forma progresiva, es decir, que una bendición es consecuencia de la anterior13. Esta es una de las razones de porqué Israel comenzamos pequeños y recibiendo de Hashem nuestra seguridad material, pero no nos quedamos en la mera “seguridad material”, sino que es sobre esta seguridad que Israel estamos construyendo lo que en un futuro se desencadenará en una prosperidad eterna que beneficiará al mundo entero.

Aquí podemos ver como el mensaje de la Tora no solo va dirigido al judío individual, sino que éste también abarca una dimensión que impacta en las naciones del mundo. Es por eso que la bendición sacerdotal sobrepasa las fronteras de Israel con el fin de ofrecer a los noájidas una brújula ética que se base en las enseñanzas eternas de la Tora y que son trasmitidas por el Pueblo Judío.

Es por eso que, igual que Israel, los noájidas deben encontrar en la prosperidad material una base sólida en la que puedan construir su crecimiento espiritual14. Los noájidas han de fortalecer, no solamente en su propia seguridad material a nivel individual, sino también su seguridad a nivel colectivo. Por ejemplo, fortaleciendo comunidades noájidas, influyendo en aspectos políticos en sus sociedades etc15.

Si los noájidas logran fortalecer su estabilidad material en la sociedad de forma pragmática, también pueden aspirar a convertirse en modelos de virtud y justicia que influencian al colectivo. De esta forma, los noájidas serán el reflejo de esa luz divina de Hashem que contribuirá al bienestar y a la paz en sus propias naciones y, por extensión, en el mundo entero. Este enfoque integral que deben tener los noájidas acerca de la universalidad de las bendiciones de Hashem, las cuales son transmitidas por el Pueblo Judío, es lo que permitirá que la humanidad lleguemos a esa paz global que nos prometieron los profetas de Israel.

Yaacov Amar Rothstein

Sivan 5874

Jerusalem, Israel


1) Noth, M. (1968). Numbers. SCM Press, p. 58.

2) Avishur, Y. (1997). Birkat Kohanim. En M. Haran et al. (Eds.), Olam HaTanach: Numbers, Davidzon-Atty, p. 47.

3) Números 6:24.

4) Kahana, M. Y. (2011). Sifrei Bemidbar: Annotated Edition (Vol. 2). Magnes Press, p. 107.

5) Ver comentario del Sforno ahí en el pasuk.

6) Números 6:25.

7) Targum Yonatan ahí en ídem.

8) Números 6:26.

9) Eli L. Garfinkel. (2021). The JPS Jewish Heritage Torah Commentary. The Jewish Publication Society, p. 256.

10) Yalkut Shimoni, Parashat Nasó par. 6. También cf. en la conclusión del midrash No. 24 en Joskowicz, J. Z. (Ed.). (1929). Sifrei Zuta (Vol. 1). Lodz, p. 187.

11) Midrash Tanhuma (Vol. 2) (2010). Sifrei Or HaChaim, p. 178.

12) Ver comentario del Rav S. R. Hirsch en la traducción de M. Breuer (1990), p. 68. al Libro de Números. 

13) Miller, P. D. (1975). The Blessing of God. Interpretation (Richmond), 29(3), p. 243.

14) Como aprendemos en Avot 3:17, que “Si no hay pan, no hay Tora”.

15) Polonsky, P., & Akhiezer, G. (2021). Bnei Noah: History, Theory, and Practice. Modern Judaism, 41(2), p. 127.