La Menora ha acompañado al Pueblo Judío durante milenios. Su figura se encuentra en las monedas de la época de los Hasmoneos1, pasando por el arte que se han encontrado en las sinagogas más antiguas de Israel2, hasta llegar a nuestros días en donde la Menora se ubica incluso frente a la Knesset3. Me atrevo a decir que toda familia judía tiene el símbolo de la Menora en algún rincón de su hogar. Esta conciencia milenaria del Pueblo Judío por portar el símbolo de la Menora es una muestra de que la Menora cumple un papel extremadamente fundamental para el judaísmo.

 

En la Tora se menciona4 el mandamiento de encender los 7 brazos de la Menora5. Ésta fue una práctica central en el Tabernáculo, posteriormente en el Templo de Jerusalem6 y que B”H en un futuro cercano será la que dará luz en el Tercer Templo.  Esta mitzva7 tiene muchísimas enseñanzas que podríamos discutir en futuros artículos, como la importancia de la iluminación en el ámbito espiritual e intelectual para tener una guía divina8 etc. Por el momento, me gustaría enfocarme en la esencia universal que tiene la Menora.

 

Cuando se inauguró el Tabernáculo, Aaron se desanimó por no participar en la ceremonia de inauguración junto con los jefes de las tribus9. Ni él, ni su tribu (Levi), habían estado involucrados en esta importante ceremonia, sintiéndose de alguna manera excluidos de un momento significativo en la vida comunitaria de Israel10. Aun así, Rashi explica que la tarea de encender la Menora es una forma de compensación divina que eventualmente le otorga a Aaron y a su descendencia (los sacerdotes de Israel) un rol de gran importancia y prestigio11.

 

Nahmánides toma esta idea y la amplía. En su explicación desarrolla una conexión entre la labor sacerdotal con el concepto de continuidad de la tradición judía durante los milenios, incluso después de la destrucción del Templo12. Es decir, la idea aquí es que la Tora nos enseña que la labor del Gran Sacerdote es parte de un rol que va mucho más allá de un simple evento en los días de Moisés. Podríamos decir que la Menora no solamente que está intrínsecamente relacionada con los preparativos del Pueblo de Israel para entrar en la tierra prometida, sino que la Menora también cumple una misión para un futuro continuo.

 

¿Pero qué hacemos ahora que tristemente no hay Templo? Pienso que, aunque hoy en día -por desgracia- no tenemos la Menora, nuestro pueblo sí vamos camino a ella. La muestra está en que ahora el Pueblo Judío tenemos la tierra de Israel; incluso después de casi 2000 años en los que el Pueblo Judío no tuvimos una independencia nacional13. Es decir, si logramos la aspiración de retornar a Israel a pesar de todas las probabilidades, no sería descabellado pensar que también logremos tener Menora.

 

El hecho de que los judíos hayamos vuelto a nuestra tierra tras ese largo exilio es un indicativo de que nos aproximamos poco a poco14 al cumplimiento de todas esas aspiraciones trascendentales que estuvieron guardadas en lo profundo en nuestro subconsciente nacional15. Ahora, de modo en que tantas generaciones de judíos en el exilio a lo largo de la historia aspiraron con algún día retornarían a Sion, lo mismo ocurre con la Menora. O sea, la Menora como símbolo ha sido un elemento ornamental de mucha influencia en el subconsciente del judío durante milenios.

 

Son innumerables los ejemplos que puedo traerles sobre la constante figura de la Menora en la vida judía del periodo post-destrucción del Templo16. Puedes encontrar la Menora en todo lugar en donde hubo judíos: desde la antigua sinagoga en Sardes17, hasta a el periodo bizantino en Acre18. Realmente que son muchos los ejemplos. Es tanta la persistencia del símbolo de la Menora entre la historia judía (incluso después de la destrucción del Segundo Templo), que queda clara su centralidad para el Pueblo Judío.

 

La representación de la Menora en estos artefactos refleja su importancia como símbolo de identidad y continuidad ideológica del Pueblo Judío a lo largo de la historia. Y entre tantos hallazgos arqueológicos, no me iba a faltar mencionar la famosa Menora representada en el Arco de Tito en Roma. Esta es quizás la representación más icónica de la Menora de todos los tiempos. Tanto es así, que su diseño fue la Menora que se adoptó como Emblema Nacional del renacido Estado de Israel19. Desde 1949, la Menora como escudo de Israel ha enaltecido el renacimiento nacional del Pueblo Judío y de nuestra conexión histórica con la tierra de Israel.

 

Es interesante notar que los componentes estéticos en el emblema de Israel contienen parte de lo visto en una de las profecías de Zacarías, la Menora flanqueada por olivos20. Esto es porque la relación entre la Menora y los olivos es inseparable. Es muy común ver en la literatura judía el motif de que el olivo sea asociado con la luz, pues recordemos que su aceite es utilizado para encender las lámparas de la Menora. Tanto es así que la Menora sólo se puede encender con aceite de oliva puro y refinado21.

 

Cuenta el midrash que cuando los ángeles de Hashem le dieron a Sara la noticia de que daría a luz a Isaac, al principio a Sara le costaba creerlo debido a su avanzada edad, pero milagrosamente su rostro brilló como el olivo22. O sea, la idea de este midrash es que aun cuando la persona crea que no hay esperanza, Hashem cumple Su palabra. Esto es porque la palabra de Hashem se mantiene y se cumple tarde o temprano; tal y como pasó con el Pueblo Judío al retornar a nuestra tierra23.

 

Y Hashem no solamente nos dijo a Israel que volveríamos a nuestra tierra. También Hashem nos fijó un rol: ser Luz de las naciones24. Así que, si después de dos milenios se cumplió la promesa de que tendríamos de vuelta a Jerusalem (por más descabellado que esto fuera siquiera de imaginar en generaciones pasadas), no veo razón para no confiar en que también dicha labor de ser Luz al mundo se cumplirá.

 

Aquí es donde quiero adentrarme un poco en el tema de la relación que existe entre la luz de la Menora y las naciones del mundo. Mi premisa es muy simple: si Hashem cumplió su palabra de que retornaríamos a la tierra de Israel, entonces Hashem cumplirá Su palabra de que las familias de la tierra serán benditas en nosotros25. Porque como expliqué anteriormente26, el Pueblo de Israel cargamos en nuestro subconsciente nacional, de forma inherente, una aspiración de querer alcanzar estas aspiraciones trascendentales que nos transmitieron nuestros profetas27.

 

Retomando el tema de la Menora y el olivo, la imagen de la paloma que lleva un olivo en su pico es una representación universalmente conocida como símbolo de la paz y esperanza para la humanidad. Esto sin duda tiene su origen en el relato con Noé cuando tras el Diluvio, la paloma le trae una rama de olivo en su pico, trayendo así la noticia de que las aguas del Diluvio por fin bajaron28. Es así como Noé y sus hijos pueden finalmente salir del Arca para posteriormente recibir el Pacto Noájida, el cual establece el orden de la humanidad para la perpetuidad29 por medio de su conexión con Hashem al cumplir las Siete Leyes que se le ordenó a Noé y a sus hijos (o sea, a la humanidad)30.

 

Muchas son las fuentes que comparan a Israel con una paloma31. Hay por ejemplo un midrash que dice que “así como la paloma trajo luz al mundo al traerle a Noé una hoja de olivo, así Israel es comparado con la paloma, pues Israel debe traer aceite de oliva y encender lámparas ante Hashem”32.

 

Este midrash muestra la relación triple que hay entre Israel-Menora-Naciones. Básicamente, la idea es que cuando Israel encienda la Menora, se le dará luz al mundo. O, en otras palabras, si Israel logramos alcanzar nuestra aspiración nacional milenaria de poder servir a Hashem con el fin de ser capaces de transmitirle al mundo una serie de ideas y conceptos trascendentes fundamentados en la Tora, en ese momento la humanidad podrá forjar sociedades de paz bajo los conceptos de la Tora.

 

La razón es porque encender la Menora no es una simple acción técnica para que haya luz en un edificio llamado “el Templo”. La luz de la Menora es muchísimo más que eso, como hemos explicado en este artículo sobre que la Menora es un símbolo en el cual los judíos hemos depositado siglos esperanza de que este mundo tiene arreglo. Siglos de anhelo de que habrá paz, de que nación contra nación no levantará nunca más espada33.

 

La Menora es el símbolo que nos han acompañado durante toda nuestra historia: desde que salimos de Egipto hasta nuestros días. Y la Menora nos acompañará en la futura reconstrucción del Templo, cuando los hijos de Aaron puedan encenderla nuevamente en Jerusalem. Ese día vendrán a Jerusalem los noájidas de todo el mundo, porque la casa de Hashem será para la oración de todas las naciones34. Así como el aceite ilumina, de la misma manera el Templo de Jerusalem ilumina a todo el mundo35. Por eso está escrito: “Y caminarán las naciones a tu luz etc”36.

 

Ahora que vivimos en una generación en donde el renacimiento y la continuidad del Pueblo Judío se encuentra en la cúspide desde hacía más de 2000 años, la Menora representa la permanencia de nuestra identidad como Pueblo a través de los siglos. La Menora como emblema de luz ha logrado conectar a los judíos de todas las generaciones con la tierra de Israel. Ahora es tiempo de que también Israel logremos conectar a las naciones del mundo con esta luz. Que las naciones concreten el Pacto eterno que tienen con Hashem desde los días de Noé. Este vínculo y objetivo milenario se logrará por medio del cumplimiento de las Leyes Noájidas que con ayuda de Hashem, nosotros los judíos, lograremos transmitir.

 

¡Am Israel Jai!

Yaacov Amar Rothstein

Sivan 5784

Jerusalem, Israel


1) Amit, D., & Eshel, H. (1995). The Hasmonean Period. Yad Ben-Zvi, p. 208.

2) Como por ejemplo en los mosaicos de Séforis o de la sinagoga de Beit Alfa, aunque abundan los ejemplos de la Menora en el arte judío.

3) Puedes ver aquí un video en donde se muestra esta Menora esculpida por el artista Benno Elkan en los años 50s.

4) Números 8:2-3.

5) Menora (מנורה), es el candelabro. Ver en Fohrer, G., Hoffmann, H. W., Huber, F., Vollmer, J., & Wanke, G. (1982). Diccionario Del Hebreo y Arameo Biblicos. (Reprint 2020). Walter de Gruyter GmbH, p. 156.

6) Babli Menajot 98b.

7) Hiljot Temidim Umusafim 3:10 en Mishne Tora del Rambam. Cf. Sefer Hajinuj, mitzva 98.

8) Ver comentario del Megale Amukot acerca del Midrash Tehilim 18.

9) Bamidbar Raba 15.

10) Midrash Tanjuma Bealotja 5.

11) Rashi en Números 8:2.

12) Nahmánides explica esto por medio de hablar de la perpetuidad de la Menorah. Su argumento se desarrolla a partir de una disertación acerca de los eventos de Janucá en donde se logró reinaugurar el Templo y encender nuevamente la Menora para la posteridad.

13) Y sumándole que ahora el Pueblo Judío tenemos Jerusalem bajo nuestra soberanía nacional.

14) Yerushalmi Berajot 1:1 sobre el proceso de redención de modo progresivo.

15) Ver la mención en las Kinot de la noche de Tisha BeAv de la nusaj ashkenaz. Ahí se recita un canto para cuando la fecha cae en la salida de shabat. En ese canto se menciona que hay una relación directa entre el hecho de que Israel hayamos perdido la Menorah con el hecho de la perdida de nuestra presencia en la tierra de Israel durante el exilio. Eso significa que también existe un camino inverso en donde al recuperar la tierra de Israel, por consecuencia podremos volver a tener la Menorah.

16) Aparte de los ejemplos que di en el primer párrafo de este artículo.

17) Rautman, M. (2020). Ex Anatolia Lux: Menorahs from the Synagogue at Sardis. Journal of Ancient Judaism, 11(2), pp. 277-85.

18) Ver el comunicado del Israel Antiquities Authority. (2012) titulado “A stamp with the Temple Menorah was uncovered in excavations near Akko”.

19) Como se estipuló en la ley israelí Flag and Emblem Law (1949), punto 8, Iyar 5709, p. 37.

20) Al comienzo de Zacarías capítulo 4. Es interesante que Gabriel y Maxim Shamir (que fueron los hermanos que diseñaron el Emblema de Israel) nunca mencionaron la profecía de Zacarías y la Menora, incluso cuando explicaron detalladamente el proceso del diseño del Emblema durante un reportaje para el diario Maariv el 16 de febrero de 1949. Por eso, al parecer, poner los olivos rodeando a la Menora en el Emblema de Israel no fue un acto de los hermanos Shamir para “cumplir la profecía de Zejaria” de forma deliberada.

21) Babli Menajot 86a.

22) Bereshit Raba 53.

23) Sobre este aspecto, ver comentario de Abravanel en Ezequiel 37:11.

24) Isaías 42:6.

25) Génesis 12:3.

26) Ver nota 15 acerca del orden para la redención en donde al tener nuevamente tierra, consecuentemente se llegará a la Menora.

27) A propósito, el concepto de iluminar se repite constantemente en lo que respecta en la relación entre Israel y las naciones del mundo. Cf. Or Hajaim en su perush a Bamidbar acerca de la simbología entre los 7 brazos de la Menora y las 70 naciones, en donde la luz de Israel prevalece en medio e ilumina de forma concluyente hacia el exterior. Or Hajaim sobre el Jumash, 1980, (Vol. 4). Brooklyn, N.Y.: Gross Bros. pp. 94-5.

28) Génesis 8:11.

29) Ibid. 9:12.

30) Babli Sanhedrin 56a.

31) Babli Berajot 53b; Shabat 49a, 130a; Sanhedrin 95a etc.

32) Midrash Tanjuma Tetzave 5.

33) Miqueas 4:3.

34) Isaías 56:7.

35) Shemot Raba 37.

36) Isaías 60:3.

Una respuesta

  1. Me conmueve profundamente la idea de que Menora simboliza una luz espiritual y intelectual al pueblo Judio y que también lo es para toda la humanidad, muchas gracias por compartir estas reflexiones!