Moshe continúa su discurso al Pueblo de Israel, recordándoles su súplica a Hashem para poder entrar en la Tierra Prometida, una petición que no le fue concedida. Luego, reitera los Diez Mandamientos y destaca la importancia de la observancia de las leyes que dio Hashem. También introduce el versículo del “Shema”, la declaración fundamental de la emunah monoteísta.
La parasha enfatiza la centralidad de la emunah y la obediencia en la vida monoteísta. Moshe, al reiterar los Diez Mandamientos y presentar el Shema, subraya que la relación con Hashem se basa en la fidelidad a Sus mandamientos y en la proclamación de Su unidad. Esto también es importante para los no judíos, ya que Hashem le entregó a la humanidad las Leyes Noájidas.
La súplica de Moshe para entrar en la Tierra de Israel, aunque denegada, muestra su profundo amor y compromiso con el pueblo y su misión. Esta narrativa nos recuerda que, aunque nuestros rezos no siempre sean respondidas de la manera que deseamos, la emunah y la adherencia a las leyes de Hashem son esenciales para nuestra identidad y continuidad. El Shema, en particular, resalta la importancia de inculcar la emunah en las futuras generaciones, asegurando que el legado de Israel y los Bnei Noaj perdure.