Ya era de noche cuando me subí al bus para volver de la base a mi casa después de todo un mes de estar en la frontera con Siria. Me senté al lado de un ultra-ortodoxo. Acomodé mi arma para que no le sea molesto el trayecto, del mismo modo en el que él acomodó su abrigo.
Eventualmente el religioso y yo comenzamos a charlar. De alguna manera nuestra conversación llegó al tema de la redención de Israel. En cierto punto él me dijo lo siguiente: “Yo me visto con estas ropas (abrigo y shtreimel) porque quiero vestir lo más apropiado posible para cuando llegue el Mashiaj. ¿Acaso tú te vestirías como estás en este momento para cuando él llegue?”
Miré mis ropas. Yo llevaba el uniforme color oliva del Tzahal y mi boina en el hombro. Miré de vuelta al Haredi y respondí: “¡Claro que quisiera vestir estas ropas para cuando llegue el Mashiaj!”.
Yo entiendo la perspectiva del religioso aquel día. Él ha crecido en un entorno en donde el Tzahal no es una prioridad. Así es para muchos de nuestros hermanos del sector ultra-ortodoxo. Pero hasta el día de hoy, no tengo duda que para mí sería un honor llevar puesto el uniforme del Tzahal para cuando llegue del Mashiaj.
Cuando existía el Templo de Jerusalem, había un día al año en el que el Gran Sacerdote entraba al Sanctum Sanctorum. En el día de Yom Kippur el Cohen vestía unas ropas especiales (מדו) y entraba al recinto del Arca del Pacto para pedir por la expiación de todo el pueblo. En ese momento el Cohen Gadol no tenía estatus de hombre individual, sino que estaba representando a todo el colectivo de Israel.
El Baal HaTurim (Rabino del siglo XIII) explica que la palabra “מדו”, que traduce ‘vestimentas’, aparece dos veces en toda la Biblia. La primera vez escrita se refiere a las ‘vestimentas’ del Cohen Gadol, y la segunda vez es mencionada en el libro de Shmuel II (20:8) cuando Yoav Ben Tzeruya -el ministro de guerra del Rey David- portaba su espada sobre sus ‘vestimentas’.
¿Cuál es la relación entre las ropas del Cohen y las de la guerra? La respuesta es: ambas vestimentas señalan como una responsabilidad colectiva recae en personas específicas.
En otras palabras, del mismo modo en el que el Cohen Gadol representaba al colectivo de Israel para su amparo, nuestros soldados también lo hacen en nuestros días.
Es difícil de entender la gran y pesada responsabilidad que cargan nuestros jóvenes soldados del Tzahal. Nuestros jóvenes dejan la individualidad a un lado para poder contribuir a un objetivo aún mayor. Cada segundo que ellos visten el uniforme oliva están representando a todo el pueblo judío. Cada segundo que visten el uniforme están preservando la existencia de nuestro Estado. Cada segundo que vistan el uniforme hacen una Mitzvá.
¿Cuánto hubieran dado nuestros antepasados por poder vestir este uniforme? ¿Cuántas generaciones recordaron con nostalgia las hazañas de las batallas nacionales de Moshe Rabeinu, de Yoshua Bin Nun, del Rey David, del Rey Hizkiyahu, de los Macabeos, de Bar Kojba? ¿Cuánto esperó nuestro pueblo para estar en nuestra tierra y tener el honor de protegerla?
Esperamos dos mil años para vestir este uniforme.
Beezrat Hashem que apoyemos a nuestros soldados, ya que ellos protegen a nuestros hermanos cada instante e instante. Y más importante aún: que beezrat Hashem llegue pronto el Mashiaj, para que con él llegue la paz y los ejércitos del mundo puedan finalmente guardar sus uniformes, amén.
ולבש הכהן מדו, ויואב חגור מדו, שבגדי כהונה היו כעין בגדי מלחמה